sábado, agosto 28, 2010

La virtud de la impasibilidad en el católico.

Hay una virtud muy importante que es la ecuanimidad o impasibilidad, que consiste en poder seguir siendo bueno SIEMPRE, sin importar las circunstancias.

Podemos contemplar esta virtud en grado extremo, contemplando a Jesús en la Pasión.
Burlas, escarnios, golpes, salivazos...
Nada de "¡ya me hartaron!"... "¡rebasaron mi límite!"...

No... en cambio..."Padre, perdónales porque no saben lo que hacen"

Un seguidor de Jesucristo no puede dejarse llevar por lo que otros digan o hagan. No puede dejarse manipular hacia el mal en función de lo que otros hagan.

"Si los otros son buenos conmigo, entonces soy bueno. Si se portan mal conmigo, entonces soy malo" ¡No! Eso no es portarse como cristiano.

Tú y todos los demás somos libres de decidir cómo portarnos, sin importar cómo se porten los demás con nosotros. Y somos responsables de lo que hagamos. No podemos culpar a los otros por nuestras acciones "Es que... él me dijo... él me hizo..." ¿y? Lo que otros hagan no tiene por qué hacerme a mí reaccionar de manera adversa a mis convicciones y llevarme al pecado.

Lucrecia Rego de Planas.

No hay comentarios.: