domingo, mayo 30, 2010

¿Es pecado tatuarse?



Hasta hace pocos años se consideraba que sólo los marineros y los delincuentes se tatuaban, pero hoy en día tatuarse se ha convertido en una moda cada vez más generalizada. Debido a ello muchos católicos se preguntan qué opina la Iglesia respecto a los tatuajes, y específicamente si es o no pecado tatuarse.

Para empezar cabe decir que no se puede dar una respuesta generalizada. ¿Qué hacer entonces? Recurrir a una fórmula infalible que sirve para determinar si una acción es o no moralmente lícita: examinar intención, medios y frutos. Así pues, analicemos estos tres aspectos con respecto a este tema:

1. La intención.

Quien desea tatuarse debe preguntarse qué lo mueve a ello. ¿La vanidad?, ¿el culto excesivo a la propia persona? o tal vez ¿desea presumir una imagen demoníaca, pornográfica, racista, violenta, que promueva la discriminación o el odio, que infunda miedo, que exprese o promueva valores contrarios al Evangelio, que indique pertenencia a un grupo anticatólico o que se dedica a la delincuencia? Entonces desde luego sí sería pecado. Pero si su intención es simplemente exhibir una imagen bella o que tiene un significado sentimental o agradable y no busca herir los sentimientos de nadie ni portar un símbolo de algo negativo ni expresar en modo alguno idolatría, es decir, que se sirve o se pertenece a alguien o a algo por encima de Dios, desde luego no comete pecado.
Conviene, pues que el católico que desea tatuarse se pregunte: esta imagen que elegí ¿es compatible con mi amor y respeto a Dios y al prójimo y con mi condición de bautizado? También se debe considerar que la imagen elegida compromete a quien la porta, por lo que cuidado con tatuarse un símbolo religioso si la propia vida no da un testimonio de coherencia con éste. En suma: hay que tener presente lo que dice San Pablo: que no somos dueños de nosotros mismos, sino templos del Espíritu Santo por lo que debemos siempre procurar glorificar a Dios con nuestro cuerpo (ver 1Cor 6, 19-20).

2. Los medios.

El procedimiento del tatuaje conlleva necesariamente sangrar la piel, y si los instrumentos que se emplean para ello no cumplen con estrictas medidas de higiene, pueden transmitir enfermedades incurables como Sida y Hepatitis C. Además quien se tatúa debe estar consciente de que no será aceptado como donador de sangre o de órganos durante un largo período de tiempo, por lo que si algún ser querido o conocido necesitara una donación no podría ayudarle. Y también debe aceptar someterse a algún examen médico posterior para comprobar que no contrajo ningún padecimiento contagioso. En este sentido tatuarse puede convertirse en un atentado contra la propia salud y la de otros por lo que hay que tener claro que como creyentes tenemos la responsabilidad de cuidar el cuerpo que Dios nos prestó. Quizá razones de salud, entre otras, fueron las que inspiraron la prohibición a tatuarse que aparece en la Biblia (ver Lev 19, 28).

Algo más que también hay que tomar en cuenta con respecto a los medios es el costo del tatuaje. ¿Se hará un desembolso excesivo?, ¿se destinará para este gasto superfluo un dinero que hace falta para resolver necesidades más importantes, propias o de otros miembros de la familia o comunidad?

3. Los frutos o consecuencias.

Los tatuajes suelen ser permanentes, por lo que quien quiera realizarse uno debe considerar con mucho cuidado la imagen que se tatuará porque la llevará grabada en su piel el resto de su vida y puede ser que un tatuaje que en un momento de 'relajo' o rebeldía durante su adolescencia o juventud le parezca muy divertido o adecuado no lo sea en absoluto diez, veinte o cuarenta años después. Hará bien en pensar a futuro y plantearse que puede suceder que cuando haya madurado y quiera emprender una vida distinta quizá lamente llevar en su cuerpo una imagen que resulte totalmente ridícula o inconveniente (por ejemplo el nombre o rostro de una antigua pareja con la que ya terminó, cuando quiera casarse con otra; o una caricatura infantil o grotesca, cuando aspire a obtener un empleo serio en una empresa, o un dibujo vulgar que un día le dé pena mostrar a sus nietos).
Que procure tener prudencia y reconocer que la moda del momento y lo que 'todos hacen' no son criterios confiables, así que no ha de dejarse influir por ellos al momento de decidir si se realiza o no un tatuaje.

Tomar en cuenta estos tres aspectos puede ayudar a un católico que esté contemplando la posibilidad de tatuarse, a tomar una decisión acorde con su fe y de la que ojalá no tenga después que arrepentirse.


Alejandra María Sosa Elízaga

Publicado en 'Desde la Fe', Semanario de la Arquidiócesis de México, dom 27 julio 08, año XII, no.596, p.3

martes, mayo 18, 2010

A quien se le hace difícil creer en la Virginidad de María

A quien se le hace difícil creer en la Virginidad de María ¿ Como podría creer en la virginidad de José También?

Es cierto: un mundo que difícilmente cree en la Virginidad de María. se encuentra desconcertado del todo, e incrédulo, frente a la virginidad de José. ¿Porque? seamos sinceros: son virtudes que no son del mundo ( entendiéndolo en el sentido peyorativo, como el reino de corrupción de Satanás, por el cual Jesús se niega rezar al Padre). Y el mundo trata de justificar el vicio, negando la virtud. Entonces, no cree en la virginidad de María y José, como no cree en la castidad de los sacerdotes y de las religiosas. Irónicamente de esta manera demuestra tener una grande estima y una gran nostalgia por la virtud.

José, en su vida, ha tenido infinidad de dificultades, dolores, vicisitudes que han puesto a prueba su fe. Pero creo, que junto con María, no tuvo ninguna dificultad para observar la castidad perfecta. Sin duda Dios le ha dado las gracias necesarias para realizar la misión que se le ha confiado, y le ha puesto cerca de dos personas de tal santidad, Jesús y María, que no ha batallado para seguir el plan de Dios.

María y José se amaban de verdad. No tenían entre si las relaciones habituales entre esposos, porque la finalidad de su matrimonio era Jesús. Pero había un amor mas profundo, hecho de estima mutua, compresión, ideales comunes, ayuda material y sobretodo espiritual... Podríamos alargarnos; el amor no esta en los sentidos.

P. Gabriel Amorth. Exorcista.

¿ Porque los pintores representan frecuentemente a San José como un hombre viejo?

Por un error desde el principio: han entendido mal y han interpretado literalmente un libro, el protoevangelio de Santiago, que describe a San José como un viejo.

Se trata de un libro apócrifo muy antiguo, escrito hacia el año 150, cuando todavía vivían los descendientes de los familiares de Jesús. Sabemos por este libro los nombres de los padres de la Virgen, Joaquin y Ana, y otros datos que han sido útiles en la liturgia. Sin embargo hay que leer con prudencia este libro, porque tiene una particularidad para combatir errores de su tiempo, inventa hechecitos con la finalidad de sostener una idea justa: esto es, los episodios, frecuentemente imaginados que narra el autor sirven para exponer una verdad.

Así en este caso, para decirnos que María es Virgen, presenta a un San José decrépito. Y si los pintores hubieran tomado en cuenta la intención del autor de este libro, no lo hubieran interpretado literalmente, pero al contrario pintaron a San José como lo describe este libro...

P. Gabriel Amorth. Exorcista.

lunes, mayo 17, 2010

Cuidado con Titivilo.

Pero...¿Quien es Titivilo?

Es un demonio que "nació" en la Edad Media ( se habla de él por primera vez en 1285) y "murió" al principio del Renacimiento.

Es el demonio acusador " de todo lo mal hecho en la liturgia": palabras mal pronunciadas,, textos mutilados, cambiados, ritos inobservados etc. Es, pues, un demonio muy ocupado. Ya se decía de él "Quaque die mille vicibus sarcinat ille" ( cada día llena su saco con mil fallas). Luego va y apunta todo en un gran libro que sera leído el día del juicio final.

Alrededor del 1460 se detalla su cosecha:

"Los que hablan demasiado rápido y sin cuidado, los que se duermen, los que bostezan, los que no pronuncian claramente, los que se saltan textos y ritos, los que...."

Hacia 1475 se añade otro pecado: Titivilo esta con los "ad missam garulantes" ( los que cuchichean en Misa).

En estos tiempos habría que añadir: " los que inventan textos, añaden cosas personales, los que buscan siempre novedades, los que no se preparan, los que no están atentos en lo que están".

Titivilo también sirvió de amenaza contra los copistas que cometían errores tipográficos en su tediosa tarea de reproducir manuscritos.


Del libro "Firminio y Liberio", Obra nacional de la Buena Prensa, A.C.
Alberto Aranda Cervantes, M.S.pS
Antonio Serrano Pérez S.J.

viernes, mayo 14, 2010

San Pío X, "El Papa de la Eucaristía".

Apenas fue electo San Pio X en 1903, tomo la decisión de ser un pastor de almas, haciendo a un lado las tendencias políticas de su predesesor , el Papa Leon XIII. Escogió como lema de su pontificado: "Restaurar todas las cosas en Cristo".

Su primera tarea fue la reorganización de la Curia Romana. Decidió editar un Código de Derecho Canónico que recogiera todas la Reglas, Decretos Pontificios y preceptos de la Iglesia. El anterior formaba un conglomerado de leyes sin ninguna coordinación. El hercúleo trabajo fue encomendado al Cardenal Pietro Gasparri.

También renovó la música sacra, en especial el canto gregoriano. Su medida mas audaz y quizás la mas cercana a su corazón, fue la reforma relacionada con la recepción de la Sagrada Eucaristía. Introdujo la practica de comulgar diariamente y autorizo la comunión a aquellos niños que habían alcanzado el uso de razón. Esto ultimo resulto ser su mas penosa prueba.

Tan pronto como externo su deseo de permitir a los niños recibir la comunión a la edad del uso de la razón, un grito de protesta e indignación se esparció por el mundo cristiano. "El Papa perdió la razón; esta loco". Tales manifestaciones no solo encontraron eco en la gente común, sino también entre algunos obispos y cardenales. "Querido Santo Padre, lo abjuro, escribió uno de sus mas prestigiados arzobispos, a que detenga esa idea. La profanación de la Santa Eucaristía sera su resultado si usted permite que estos descerebrados reciban la Primera Comunión a tan temprana edad. Nunca comprenderán el Misterio de la Transubstanciación".

" Ni yo tampoco lo entenderé", replico el Papa, pero era lo que quería Jesús "dejad que los niños vengan a mi".

Debemos recordar que en aquellos tiempos una falsa creencia prevalecía y la comunión era recibida por la mayor parte de la gente, una sola vez al año. La Eucaristía era considerada mas como un Sacramento para administrar a los moribundos, que una manera de vivificar la espiritualidad de la gente.

Ese fue el desafió de San Pío X. Actualmente los niños de Primera Comunión son la esperanza y el orgullo de nuestra fe. Esta innovación le valió al Sumo Pontífice el titulo de "Papa de la Eucaristía".

Por Monseñor Pedro Lopez Gallo en su libro " La Sucesión Papal"... edt. Diana.

viernes, mayo 07, 2010

Sacramento de la reconciliación, los tres viajes.

Los tres viajes que hay que hacer para conseguir contrición.

A) Al Calvario, y recordar todo lo que sufrió Jesús por nosotros ( leamos por ejemplo el capitulo 27 de S. Mateo). Esto ayuda mucho a arrepentirse de nuestros pecados pues ellos fueron los que crucificaron a Jesús.

B) Ir con la imaginación al Cielo y pensar en la alegría y felicidad que allá nos esperan. Pero pensar: "esto lo perderé si sigo pecando". Este pensamiento lleva a aborrecer el pecado.

C) Ir con la imaginación a los castigos eternos y pensar que allá podemos ir sino abandonamos nuestros pecados y malas costumbres.

¡ Hagamos estos tres viajes con la imaginación y veremos el buen resultado!

P. Eliecer Salesman en su opúsculo: "Como hacer una buena confesión".

martes, mayo 04, 2010

Vana ilusión de una mentalidad apocalíptica.

Si mi punto de vista es que el mundo es malo, tan malo que esta en las manos de Satanás , tendré muchos problemas con algunas realidades bíblicas, como por ejemplo Salmo 8 que alaba a Dios por el mundo que le refleja. También vemos en Génesis 1 que Dios vio que el mundo era bueno.

Nosotros los católicos, comenzamos viendo al mundo como bueno y después aceptamos la existencia del mal. Pero empezamos con la premisa de que es bueno. Porque si empiezas con lo malo dices: " Dios es misericordioso. No sé cómo, pero él nos salvo, y tú eres salvado, y este es salvado, pero no todos son salvados". Y empiezas a desarrollar un club exclusivo de los salvados, y tratas de lograr que se entre en este club de los salvados. Los demás serán condenados.

Y cuando comienzas con la idea de que el mundo es malo, piensas: " Tu eres malo y no sé como Jesús te rescató y por eso eres salvado", Cuando lo vez así no vas a ver nada de la cara de Cristo reflejada en esa persona. La cara de Cristo no brilla por algo que es intrínsecamente malo. Si el universo es malo, no puedo ver el amor de Dios reflejado en él. Porque Dios no esta en donde hay maldad. Si Dios está, la maldad se va. Entonces en todas las cosas, la sonrisa de un niño, la sabiduría de un anciano, un padre dando cariño a su hijo, no puedes encontrar a Dios en estas cosas. Todas estas cosas no revelan a Dios porque son malas. Entonces tampoco son buenas las cosas físicas como vino, incienso, pan. No pueden manifestar a Dios.

Y cuando veo lo malo en todas partes, pienso que esta empeorando el mundo porque solo veo lo malo. Mi vecino perdió el trabajo, entonces la economía esta cayendo, hay algún muerto en la familia etc. Yo sé que no puedo hacer nada frente a este situación. Entonces no soy responsable por la maldad. Y en lo que no puedo hacer nada no lo puedo tolerar y digo " Esta historia, este mundo tiene que terminar. Estamos en los últimos días. Hay demasiada maldad para seguir así. Jesús viene pronto". No puedo tolerar el mundo. Y con este pensamiento voy a la Biblia y subrayo en la Biblia todo lo que prueba que el mundo se acabara pronto ( ya se nota que yo ya había decidido esto antes de ir a la Biblia). Entonces digo: "Ven, el mundo se esta acabando. Y yo aun te puedo decir cuando sucederá". Puede que me equivoque de vez en cuando, pero sigo con el mismo punto de vista.

Generalmente el fin del mundo en la Biblia esta lleno de imagenes y escenas de cataclismos: terremotos, confrontación con la maldad.

De una mala interpretación de estas imagenes surge la mentalidad apocalíptica: Pensar que no hay mas esperanza en nuestra realidad porque esta llena de maldad. Entonces no puedo contar con nadie para cambiar las cosas. No hay esperanza en la humanidad. Esto lleva a una mentalidad sectaria: Nadie ve lo que veo yo, pero si aguantamos como grupo, si perseveramos, pronto los demás serán destruidos. Veo todas las cosas en negro. Seguramente viene el fin de las cosas. Y como la secta a la que me he adherido me esclaviza, me controla, me prohibe tantas cosas, interiormente estoy celoso de aquellos que no ven las cosas como yo, festejan, beben, bailan, no tienen que ir de casa en casa. Pero yo sé que pronto seré el último que ría ....

P. Eugenio Laviere citado por P. Daniel Gagnon en el libro "Dar razon de mi esperanza". 1995 edit. San Pablo.