En este gran grupo encontramos los mesiánicos trinitarios y unitarios, mesiánicos cristianos y católicos. Todas ellos están, según su espiritualidad, clasificados en las corrientes comunes del judaísmo: bien sean conservadores (que a pesar del Evangelio conservan las enseñanzas talmúdicas), ortodoxos (que está basado en el cumplimiento literal de las Sagradas Escrituras) y reformistas (cristocéntricos).
Es decir que hay algunos que niegan que Jesucristo sea Dios y hombre (niegan los dogmas de la Trinidad y de la Encarnación) mientras que otros aceptan esas verdades. Los «judíos mesiánicos católicos», en fin aceptan al Papa como vicario de Cristo y a la Iglesia Católica como la verdadera.
Como se puede ver, la variedad es tan grande al punto de ser distinta la religión: algunos son cristianos mientras que otros no lo son. Es enseñanza clara del Magisterio de la Iglesia que son cristianos quienes «invocan al Dios Uno y Trino y confiesan a Jesús como Señor y Salvador» (Unitatis Redintegratio, n.1 y también Ut Unum Sint, n.7), es decir quienes creen en la Santísima Trinidad y en la Encarnación. Y la razón es muy clara: no pueden pertenecer a la misma religión quienes afirman que Jesús es Dios y quienes lo niegan.
Revista Dialogo No. 30
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