También cuando no le dan la instrucción y educación indispensables, o no lo bautizan, ni lo confirman, ni lo preparan para su primera Confesión y Comunión; o cuando lo consienten en todos sus caprichos, o culpablemente se niegan a darle al menos un hermano o hermana, sabiendo que un hijo único normalmente es egoísta, o cuando los padres se disputan afectivamente al hijo único hasta reñirse por él, o peor aun, delante de él.
Por Hermenegildo Zanuso..
No hay comentarios.:
Publicar un comentario