viernes, abril 16, 2010

Ni Manolón ni Manolito




No, Don Manolón, que le digo yo a usted que no. Que eso de celebrar la misa en latín cada día, colocarse su manípulo, imponer el velo a las señoras para estar en misa, sacar la velita para la consagración y exigir monaguillos con roquete de puntillas pues que no. ¿De dónde se ha sacado usted esas cosas, hombre de Dios? Manías las justas, Don Manolón.
No, Don Manolito, que le digo yo a usted que no. Que eso de celebrar la misa sin revestirse, con las lecturas que le da la gana, a base de pastas y coca-cola, e inventándose los textos y las oraciones pues que no. ¿De dónde se ha sacado usted esas cosas, hombre de Dios? Manías las justas, Don Manolito.
En la iglesia nuestra de cada día hay una infinidad de curas Don Manuel que van por su vida de curas dentro de la más normalita normalidad. No son nada originales. Ni por la derecha ni por la izquierda. Dicen su misa completamente estándar, se revisten con lo de todo el mundo, leen las lecturas que tocan y celebran según dice el misal, que es, en definitiva, lo que se les manda y lo que demanda el pueblo de Dios. De esas misas tan corrientitas están llenos parroquias y conventos y con un resultado notable de fe y vivencia cristiana.
Pero… siempre hay alguien que va más allá del misal. Unos porque el misal es tal vez un tanto “protestante” y no guarda exactamente las esencias de la auténtica doctrina. Otros porque han decidido que no responde a las exigencias del hombre de hoy y que coarta la libertar y encorseta la creatividad. Tanto uno como el otro se lo pasan por el forro de su libre albedrío y deciden que a ellos nadie les dice lo que deben hacer. Y celebran, en consecuencia, exactamente como les sale de ahí.
Pues un servidor no traga. Y proclama que dictaduras ni media. Y que tan dictador es el uno como el otro, por más que los partidarios de Don Manolón digan que eso es un cura, y no el otro progre desnortado y tal. Ni por más que los de Don Manolito afirmen que eso es un cura y no como el otro carca que no sabe por dónde va el mundo. Los dos pecan de lo mismo: de creerse por encima de todos y de todo, y de saber mejor que nadie, sea el papa o María Santísima, lo que hay que hacer.
¿Tan difícil es hacer caso al misal? Para Don Manolón no hay que obedecer cuando se te manda algo que tú –interesante ese “tú”- entiendes que va en contra de la fe y la moral por más que lo diga el papa. Para Don Manolito no hay que obedecer porque lo que importa es el espíritu y ya decide él mismo –interesante ese “él mismo”- cuando hay que obedecer al espíritu y cuando a la ley.
En definitiva, que tanto uno como otro hacen lo que les sale del moño, independientemente de cualquier otra consideración. Y se ajustan a lo mandado cuando conviene al propio interés.
Pues eso en mi pueblo se llama tiranía, que no es otra cosa que hacer lo que me sale de las narices independientemente de las leyes o normas.
Don Manolito y Don Manolón han afirmado una cosa: que pasan de las normas y hacen lo que les da la gana. Pos eso. Dictadores. Tiranos. Es fácil, ¿no? Eso sí, tiranos con careta de perfección evangélica. Anda que eso no es viejo.
Pues a lo mejor la misa de Manolito es más misa… Pues a lo mejor no… En cualquier caso no eres tú quién para decidirlo. Doctores tiene la Santa Madre Iglesia… Es que los doctores se equivocan. Sí. Todos menos tú, que eres infalible.


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