Que un sacerdote pueda ser pecador y hasta un grado llamesmole satánico no es imposible, pero de allí a perder mi paz espiritual o estar a la caza del ultimo sacerdote pescado ya no infraganti, porque muchos casos de los que se ventilan ocurrieron hace años, pues no, yo no voy a asumir ese rol, en primer lugar debo estar atento a lo que yo hago, mis pecados de palabra, obra y omisión, tratar de enmendar lo que tenga que enmendar.
Después el preocuparme por los de mi alrededor, pero no en la actitud de estar viendo si son pecadores o no, mas bien en dar ejemplo y consejo.
Enseguida orar por todos los que hemos caído en pecado, para que Dios nos de la gracia de levantarnos.
Y sobretodo, desagraviar a quien hemos ofendido por nuestros pecados, nuestros, no solo los del vecino de enfrente...
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