lunes, septiembre 03, 2012

Decálogo para leer con provecho la Biblia

 1.Nunca creer que somos los primeros que han leído las Sagradas Escrituras. Muchos, muchísimos a través de los siglos la han leído, meditado, vivido, transmitido. Los mejores intérpretes de la Biblia son los santos.

 2. La Escritura es el libro de la comunidad eclesial. Nuestra lectura, aunque sea a solas, jamás podrá ser en solitario. Para leerla con provecho, hay que insertarse en la gran corriente eclesial que conduce y guía el Espíritu Santo.

 3. La Biblia es "Alguien". Por eso se lee y se celebra a la vez. La lectura mejor de la Biblia es la que se hace en la Liturgia.

 4. El centro de las Sagradas Escrituras es Cristo; por eso, todo debe leerse bajo la mirada de Cristo y cumplido en Cristo. Cristo es la clave interpretativa de las Sagradas Escrituras.

 5. Nunca olvidar que en la Biblia encontramos hechos y dichos, obras y palabras íntimamente unidas unas con otras; las palabras anuncian e iluminan los hechos, y los hechos realizan y confirman las palabras.

 6. Una manera práctica y provechosa de leer la Escritura es comenzar con los santos Evangelios, seguir con los Hechos y las Cartas e ir entreverando con algún libro del Antiguo Testamento: Génesis, Éxodo, Jueces, Samuel, etcétera... No querer leer el libro del Levítico de corrido, por ejemplo. Los Salmos deben ser el libro de oración de los grupos bíblicos. Los profetas son el "alma del Antiguo Testamento: hay que dedicarles un estudio especial.

 7. La Biblia se conquista como la ciudad de Jericó: dándole vueltas. Por eso, es bueno leer los lugares paralelos. Es un método entretenido, pero muy provechoso. Un texto esclarece al otro, según aquello de San Agustín: "El Antiguo Testamento queda patente en el Nuevo y el Nuevo está latente en el Antiguo". 8. La Biblia debe leerse y meditarse con el mismo Espíritu con que fue escrita. El Espíritu Santo es su autor principal y es su principal intérprete. Hay que invocarlo siempre antes de comenzar a leerla y al final, dar gracias.

 9. Nunca debe utilizarse la Santa Biblia para criticar y condenar a los demás.

 10. Todo texto bíblico tiene un contexto histórico donde se originó y un contexto literario donde se escribió. Un texto bíblico, fuera de su contexto histórico y literario, es un pretexto para manipular la Palabra de Dios. Esto es tomar el nombre de Dios en vano.

  Mario De Gasperín Gasperín, Obispo de Querétaro

domingo, junio 24, 2012

Un sueño.

Tuve un sueño del futuro, en que a las mujeres , dios- estado, les extirpaba el útero desde la infancia, los humanos nacían en maquinas en donde estaban contenidos estos úteros, paternalmente dios-estado les había quitado ese gran peso a las mujeres, ya no había muertes por parto, el momento que empezó esta situación fue cuando las mujeres reclamaron el derecho sobre su cuerpo, cuando ellas fueron las principales interesadas en legalizar el aborto... desperté muy sobresaltado, que bueno que habia sido un sueño, mujeres las principales impulsoras del "derecho" para abortar, ja, solo en mis peores sueños ¿ o no?...

viernes, marzo 30, 2012

A lo mejor son taras que uno adquiere por la edad... :)

Deveras que no entiendo el sentido del humor de algunos y mucho menos cuando tratan de endilgarlo al Señor Jesús.. y mucho que rete menos cuando lo buscan en el pasaje del Pozo de Jacob, cuando Nuestro Señor platica con la Samaritana.
¿Nuestro Señor bromeando cuando le habla del Agua viva? ¿Cuando le recuerda que el hombre con quien vive NO es su esposo? ¿ Cuando habla y rompe prejuicios xenofobicos y religiosos , siendo él judío, con una samaritana?

Explíquenme, díganme en donde el Señor se toma a broma rescatar a una oveja extraviada... vaya sera que yo no tengo sentido del humor...

viernes, marzo 16, 2012

Juicio temerario.

S. Tomás señala tres razones que con frecuencia motivan el juicio temerario (Sum. Th. 2-2 q60 a3):
1) La propia malicia personal que lleva a juzgar a los otros como participantes de su mismo pecado.
2) La envidia y el deseo del mal del prójimo que le lleva a exagerar y «convertir en realidad aquello que desea».
3) La edad y las amargas experiencias.

Otra razón que motiva los juicios temerarios es la precipitación que lleva a muchos, entre ligeros y vanidosos, a juzgar sin reflexión.

jueves, marzo 15, 2012

Cómo rechazar las doctrinas protestantes.

Las doctrinas fundamentales protestantes o, de las llamadas “denominaciones cristianas”, se contradicen demostrando el error en el que caen. Muchos protestantes hablan de que la Biblia como el único fundamento de la revelación pero, lo que no saben o no ven, es que aquella Biblia en la que se fundan, es la misma que canonizó la Iglesia católica apostólica, por tradición apostólica, en el Siglo IV; luego, cuando hablan de Biblia, hablan de la Biblia canonizada por la Iglesia católica. En la misma Biblia no se encuentra una lista de todos los libros inspirados; luego, ¿cómo saben que la serie de libros que contiene la Biblia son los correctos?
Muchas son sus contradicciones, las cuales, iremos demostrando en éste pequeño artículo que publicamos a continuación.


CÓMO RECHAZAR LAS DOCTRINAS PROTESTANTES

a) Cuando una doctrina está contra la razón, es necesariamente falsa y no fue revelada por Dios.

b) Ahora bien, el protestantismo es contrario a la razón… pues sus principios son falsos.

c) Luego, el protestantismo es falso y no fue revelado por Dios.


Debemos probar la proposición b):
Enunciado de los dos principios fundamentales del protestantismo:
1º) La Biblia, y sólo Ella, es la única fuente de revelación.
2º) Cada uno ha de interpretar la Biblia por sí mismo... (libre examen).

Refutación del primer principio:

Argumento I:
Los protestantes no pueden probar que la Biblia sea la palabra de Dios.
Los protestantes, para conocer las verdades de fe, admiten sólo la Biblia, y ésta en cuanto es Palabra de Dios.
Ahora bien, que la Biblia sea Palabra de Dios es una verdad de fe.
Luego, que la Biblia es Palabra de Dios debe ser probado por la Biblia, en cuanto es Palabra de Dios… Esto es caer en un círculo vicioso… ¡y no probar nada!

Argumento II:
El principio fundamental del protestantismo es contradictorio.
No está en la Biblia que ella sea la única regla de fe.
Ahora bien, según los protestantes, no se ha de creer lo que no está en la Biblia.
Luego, no se ha de creer que la Biblia sea la única norma de fe.

Argumento III:
La historia enseña que es falso el primer principio protestante.
La Biblia no era norma de fe de los cristianos que vivieron antes de que se escribiese la primera página del Nuevo Testamento y se terminase de escribir la última.
La Biblia no era norma de para todos los cristianos que vivieron antes de que se juntasen en un solo libro todos los libros inspirados (lo cual sucedió hacia el siglo IV).

Argumento IV:
Jesucristo puso como norma de fe la predicación.
La norma de fe de los primeros cristianos era la predicación de los Apóstoles, y no la Biblia (Mt. 28:18; Mc. 16:15; Lc. 10:16; Jn. 20:21).
Y en la Biblia no se ha escrito todo: Jn. 21:25; II Jn. 12; III Jn. 13.

Argumento V:
La Biblia sola no basta.
La Biblia habla también de la Tradición: II Tes. 2:15, II Tim. 1:13; II Tim. 2:2; I Cor. 15:1-2.
Para creer en la Biblia hace falta otra norma de fe que nos diga cuáles son los libros inspirados.

Refutación del segundo principio:

Argumento I:
El primer principio protestante contradice el segundo.
La Biblia no dice en ninguna parte que cada uno tiene derecho a interpretarla.
Los protestantes dicen que se tiene que rechazar cuanto no contiene la Biblia.
Luego, los protestantes tienen que rechazar que cada uno tiene derecho a interpretar la Biblia.

Argumento II:
Es falso el principio, pues la Sagrada Escritura no es fácil de entender.
Según ellos, la Biblia es fácil de entender… pero no es así: Hechos, 8:26-40; Lc. 24:25-27, 32, 44-46; II Pedro 3: 15-17.
Los Apóstoles no siempre entendieron la Sagrada Escritura. Los maestros de la Ley no entendieron la Sagrada Escritura (I Cor. 2:8). San Pablo no la entendía cuando perseguía a los cristianos. No la entienden hasta el día de hoy los judíos que aún esperan al Mesías (II Cor. 3:12-16).

Argumento III:
El segundo principio se opone al primero.
Como no hay dos personas que interpreten igual la Biblia, hay tantas interpretaciones como individuos.
Con el principio del libre examen, la norma de fe no es lo que dice la Biblia, sino lo que se interpreta al leer.
Luego, hay tantas normas de fe como individuos.

Argumento IV:
El segundo principio conduce al error… luego, es falso.
Doctrinas contrariamente opuestas no pueden ser verdaderas.
El segundo principio hace que uno interprete la Biblia de un modo, y otro de otro, aunque sea contrariamente opuesto al primero.
Luego, el segundo principio hace que las interpretaciones no sean verdaderas.
Ahora bien, lo que no lleva a la verdad, lleva al error.

Argumento V:
El segundo principio es absurdo y contradictorio.
Con el principio del libre examen, la norma de fe cambia en cada uno a medida que cambia su interpretación.
Ahora bien, cambiar constantemente de norma de fe es absurdo y contradictorio.
Argumento VI:
El segundo principio destruye la Biblia.
Los protestantes, con el libre examen, quitan a las palabras de la Biblia el significado que tienen en la mente de Dios, para darle el que se le ocurre al lector.

Argumento VII:
El segundo principio va contra la Biblia.
San Pablo dice: “La Iglesia de Dios es columna y sostén de la Verdad”.
Para los protestantes, la columna y sostén de la verdad es la Biblia, con su libre interpretación.
Luego, los principios del protestantismo se oponen a la Biblia.
De todo esto se sigue que tanto el primero como el segundo principios del protestantismo son falsos, que era lo que debíamos probar para demostrar que el protestantismo es falso y no ha podido ser revelado por Dios.
Es falso pues es contrario a la razón… es contrario a la razón pues sus principios son falsos.
Por lo tanto, hay que adherir con todo el corazón a la Iglesia Católica Apostólica, la cual nos enseña que: “Hay que creer con fe divina y católica todas las cosas contenidas en la Palabra de Dios escrita o transmitida, propuestas por la Iglesia mediante definición solemne, o por el Magisterio ordinario universal, para ser creídas como divinamente reveladas”.
Por eso creemos en la Sagrada Escritura y en la Santa Tradición, en las cuales encontramos todo lo que es necesario creer para salvarse, y creemos en el Santo Magisterio de la Santa Iglesia que custodia fielmente, transmite íntegramente e interpreta infaliblemente el Depósito de la Fe.

Tomado del Blog de Cabildo.

jueves, diciembre 15, 2011

Dar

Es bien sabido que los pobres estan mas inclinados a dar que los ricos, no obstante, la pobreza que sobrepasa un cierto limite puede impedir dar, y es, en consecuencia, degradante, no solo a causa del sufrimiento directo que ocasiona, sino porque priva a los pobres de la alegria de dar.*
Erich Fromm.

* Dar para el autor es una actitud activa, dar es en realidad ser rico, no es rico quien acumula dinero sino el que sabe dar..

lunes, diciembre 05, 2011

Si uno cree que Jesús es un profeta judío itinerante, y no “Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho” y todo eso, se vería bastante ridículo poniendo en su currículum que es teólogo católico ¿no es cierto?

Lamentablemente hay algunos católicos que sinceramente creen que ser católico implica poder recitar el credo sin mentir, que más allá de sus fórmulas, todo es un territorio abierto, y que cualquier opinión es respetable.
Por Pato Ace.

Dios que se oculta....

«Hoy he salido de casa cuando empezaba a anochecer. Atravesé las calles principales de la ciudad, y un poco aturdido del barullo del gentío, de los coches y de las luces, me dirigí donde mi espíritu necesitaba, a la casa de Dios.
Ésta estaba casi desierta; una beata mascullaba oraciones delante de un altar mal alumbrado; otro grupo de mujeres cuchicheaba, junto a un confesionario, y el Señor, Dios de la creación, el juez de vivos y muertos, estaba en el Sagrario olvidado de los hombres…
En la paz y en el silencio del templo, mi alma se abandonaba a Dios. Veía pasar por delante de mí todas las miserias y todas las desgracias de los hombres, sus odios y sus luchas, y pensaba que si este Dios que se oculta en un poco de pan no estuviera tan abandonado, los hombres serían más felices,
pero no quieren serlo».

San Rafael Arnaiz Baron

Obsequio religioso.

El 25 de julio de 1986, en una “Carta al R. D. Charles Curran”, firmada por el card. Joseph Ratzinger, se dice muy claramente:

“En todo caso los fieles no están obligados a aceptar solo el Magisterio infalible.
Están llamados a dar el religioso obsequio de la inteligencia y de la voluntad a la doctrina que el Supremo Pontífice o el Colegio de los Obispos, ejercitando el Magisterio auténtico, enuncian en materia de fe o de moral, incluso cuando no pretenden proclamarla con un acto definitivo. Usted ha rehusado siempre hacer esto”.
Del Blog "las Puertas de Damasco".

Herejía.

La herejía es una especie de infidelidad, propia de quienes profesan la fe de Cristo, pero corrompiendo sus dogmas.
Sto. Tomas de Aquino.