sábado, enero 25, 2014

Otra de ex-catolicos

Siento mucha pena cuando algunos hermanos separados que originalmente fueron católicos nos dicen:... voy a los cultos de los evangélicos porque en ellos se canta, se baila y a todo el mundo se encuentra feliz, además existe "algo" en el ambiente de ese lugar, que alimenta mi alma y mi espíritu. Por ese motivo he dejado de frecuentar la Iglesia Católica.

Seguramente porque usted va muy poco a la Iglesia Católica no ha observado que allí también se canta, eso no tiene nada malo, todo lo contrario San Agustín decía: "el que canta ora dos veces" pero, ¿ Qué es lo que verdaderamente va alimentar su alma, el canto, el baile o el aplauso en las asambleas del Señor que realizan los evangélicos?

“El que coma de mi carne y beba de mi sangre tendrá vida eterna”

Hermano católico no se engañe, lo " único " que puede alimentar su alma, es el Sacramento de la Sagrada Eucaristía. En ella se encuentra totalmente presente, Nuestro Señor Jesucristo, con todo su cuerpo, con toda su sangre, toda su alma y toda su divinidad. No lo podemos ver porque se encuentra oculto bajo las especies de pan y vino. Misterio que aceptamos por la fe en Jesucristo. Cosa que los protestantes no creen por lo que aun se encuentran totalmente ciegos y desnutridos de cuerpo y muy especialmente de alma.

Alfredo Gómez Bolívar.

miércoles, enero 22, 2014

Si Dios sabe que me voy a salvar, para que me esfuerzo.

Iba el filósofo franciscano irlandés Duns Scoto paseando por un camino y se encontró con un labrador que, sudoroso, hundía la reja del arado en la tierra dura. Empiezan a hablar de Dios. A las pocas palabras el labriego le interrumpe:
- ¿Me permite hacerle una pregunta?

- Vamos a ver.

- Dios lo sabe todo. Dios es infalible. No se puede equivocar. En este instante Dios sabe si me voy a salvar o si me voy a condenar. Ahora bien, si Dios sabe que me voy a salvar, por más que peque, me salvaré; en cambio, si Dios sabe que me voy a condenar, por más que me esfuerce, me condenaré. Por tanto, ¿para qué me voy a preocupar de hacer buenas obras?

- Dios conoce si te salvarás o condenarás, del mismo modo que conoce si este año recogerás una cosecha espléndida o lo perderás todo en una helada. Según tu razonamiento, como Dios ya sabe lo que ocurrirá con tu cosecha, y Dios no se puede equivocar, es inútil que te esfuerces en arar y sembrar la tierra. Recoge tu arado, vete a tu casa y espera a ver qué pasa.

Y abriendo su libro de rezos, siguió su paseo por el camino adelante. El labriego se quedó sin saber qué decir.

A pesar de la ciencia infalible de Dios, si él no sembraba, era cierto que no re-cogería cosecha. Y es que el recoger o no recoger cosecha, el que yo me salve o me condene, no ocurre porque Dios ya lo sabe; sino que Dios ya lo sabe desde ahora porque, de hecho, ocurrirá después.

Si tú dejas caer una piedra desde tu ventana, antes de que llegue al suelo, sabes que dará un golpe. Efectivamente, a los pocos segundos oyes el golpe. Pero el golpe no ocurrió porque tú lo sabías, sino que tú lo sabías porque de hecho iba a ocurrir necesariamente. La diferencia está en que nosotros sólo podemos conocer el futuro cuando éste depende de las leyes físicas necesarias, en cambio, Dios conoce también el futuro de los seres libres; pues por Él no pasa el tiempo. Dios conoce ya la película de tu vida, y sabe cómo va a terminar. Pero la película la haces tú, libre y voluntariamente.
Saldrá lo que tú quieras.

Si yo veo grabado en vídeo un partido de fútbol, al que he asistido personalmente, sé de antemano el resultado, pero no por eso soy responsable de la goleada. Dios conoce mi futuro, pues para Él todo es presente; pero mi futuro depende de mí.

El que se condena es porque no ha querido cooperar a las gracias que Dios le ha dado: «os he llamado y no me habéis escuchado» ( Prov 1,24); «tú eres culpable de tu perdición» (Oseas 13,9)
DEL LIBRO PARA SALVARTE, 33

sábado, enero 04, 2014

Concilio Vaticano II es pastoral.









Pastoral es toda la actividad de la Iglesia, siguiendo las huellas de Jesús, el buen Pastor.




Toda su doctrina, su enseñanza, sus dogmas, son pastorales. Pastoral no se opone a dogmático, ni designa doctrina de segundo nivel.

Pastoral es un modo de exponer.

El Vaticano II buscó una mejor comprensión de la doctrina católica, una presentación actualizada del mensaje evangélico.
No hay diferencia entre magisterio dogmático y magisterio pastoral. Todo magisterio y toda teología tienen un carácter pastoral.

No hay que olvidar, por otra parte, que dos importantes constituciones del Vaticano II, las que tratan de la Iglesia y de la Revelación, llevan en el título la precisión de “Constitución dogmática”.
Ocurre que estas constituciones se presentan con un estilo más asequible y más propositivo que las constituciones de Concilios anteriores.
Y no sólo no tienen menos valor que las constituciones de los Concilios de Trento y Vaticano I, sino más.

Más, porque son actos más recientes del Magisterio, ofrecen precisiones más acordes con la realidad actual, responden a los problemas nuevos que se le han presentado a la Iglesia y están destinadas, no a los creyentes del pasado, sino a los creyentes de nuestro tiempo.

Martín Gelabert Ballester, OP